Ser despedido es una de las situaciones más estresantes que una persona puede enfrentar. Sin embargo, si la razón que te dieron no te parece correcta, justificada o derechamente no se invocó razón alguna, podrías estar frente a un despido injustificado, indebido o improcedente.

¿Qué es exactamente un Despido Injustificado?

En términos simples, un despido es injustificado cuando tu empleador termina tu contrato de trabajo por una causa que no es legal, que no puede ser probada, que es falsa o derechamente cuando no se invocó causal alguna. El Código del Trabajo es muy claro y establece causales específicas para un despido, como:

• Necesidades de la empresa (Art. 161).
• Faltas graves a las obligaciones del contrato (Art. 160, N°7).
• Vías de hecho o injurias (Art. 160, N°1).
• Entre otras causas debidamente fundamentadas.

Si la carta de despido invoca una de estas razones pero no corresponde a la realidad o te indicaron ningún motivo, tienes el derecho a reclamar.

¡Atención al Finiquito! El paso más importante

Al momento de firmar tu finiquito, tienes una herramienta clave para proteger tus derechos. Si no estás de acuerdo con la causal de despido o los montos, debes firmar agregando la frase «Reserva de Derechos». Escríbela a mano junto a tu firma (nosotros te podemos entregar la reserva de derechos totalmente gratis)

Firmar con «Reserva de Derechos» te permite recibir el pago del finiquito y, al mismo tiempo, te habilita para demandar posteriormente por los aspectos con los que no estás de acuerdo.

¿Qué puedes obtener si ganas una demanda?

Si un tribunal determina que tu despido fue injustificado, la ley establece que tus indemnizaciones pueden aumentar significativamente. Esto incluye:

• Indemnización por años de servicio ( para el caso que no se te haya pagado)
• Indemnización sustitutiva del aviso previo ( para el caso que no se te haya pagado)
• Un recargo legal sobre tu indemnización de años de servicio, que puede ser del 30%, 50%, 80% o incluso 100%, dependiendo de la causal que se usó para despedirte.

Tienes un Plazo Limitado para Actuar

¡El tiempo es crucial! Una vez que te despiden, tienes un plazo de 60 días hábiles para presentar una demanda ante los Tribunales del Trabajo. Este plazo se puede extender a 90 días hábiles si realizas un reclamo previo en la Inspección del Trabajo.

No dejes pasar el tiempo. Cada día cuenta para construir tu caso y defender lo que te corresponde.